MONDO GALERIA presenta "Forgotten Dreams" la primera exposición en Madrid de Paco y Manolo.
En la muestra se presenta una colección de Polaroids acompañadas por una cuidada selección de obras de sus proyectos anteriores escogidas por el comisario. Un recorrido por la obra de este dúo de fotógrafos de culto que para este último proyecto se han aliado con Impossible Project.
“Paco y Manolo” son Manolo y Paco, fotógrafos de Barcelona, un tándem muy valorado hace ya más de 15 años por sus retratos. Frente a su objetivo han desfilado las figuras más importantes del mundo de la música, el arte y la cultura. Y en muchas ocasiones, desnudos.
Hacen un exquisito uso de la luz y crean puestas en escena impecables, delicadas e intimistas.
Es posible que los conozcas por su revista Kink o por el monográfico sobre los 10 años del Primavera Sound que publicaron en 2011. Ambos, un verdadero goce para los sentidos.
“Forgotten Dreams”
El año pasado vimos un documental de Werner Herzog, “The Cave of Forgotten Dreams”, sobre la cueva de Chauvet, dónde se encontraron unas pinturas que datan de hace más de 30.000 años. En una época en la que todo, arte incluido, tiene fecha de caducidad, esa sensación de eternidad congelada nos fascinó.
Llevamos más de 15 años haciendo fotografías juntos, y en ese tiempo ya hemos vivido algunos cambios que han trascendido a nuestra forma de trabajar, e incluso de mirar. Hemos pasado del carrete tradicional a las cámaras digitales, y estamos preparados y abiertos a lo que nos pueda venir a partir de ahora. Pero desde que la fotografía se mide en pixeles tienes esa sensación de falta de eternidad que sí te dan las pinturas de la cueva de Chauvet. Con el formato digital nos da la impresión que en cualquier momento podemos sufrir, por decir algo, una tormenta magnética extraña que nos va a dejar sin el trabajo de los últimos 9 años.
Y esa sensación de transitoriedad también la tienes trabajando con Polaroid: ¿cuanto van a perdurar nuestras imágenes en el tiempo?¿alguien, dentro de muchos años, muchos más de los que pueda pensar cualquiera de nosotros, encontrará una caja escondida a la manera de los manuscritos del Mar Muerto y redescubrirá las Polaroids?.
Sin que hayan pasado mil años, estos últimos meses hemos abierto nuestra propia cueva de Chauvet, redescubriendo las Polaroids, gracias al trabajo de arqueología fotográfica que están realizando desde Impossible. Hemos abierto la cueva y estamos volviendo a disfrutar. Y es que siempre nos han gustado, desde que a uno de nosotros le regalaron una máquina Polaroid el día de su comunión.
Esta primera cámara desapareció y, por mucho que hemos intentado encontrarla revolviendo la casa de nuestros padres, no sabemos que ha sido de ella. En los 90, ya juntos, uno le regaló al otro una máquina 636 Close Up para su cumpleaños, y nos acompañó durante mucho tiempo. Hasta que, por muchas razones, dejamos de trabajar con ella. Y ya pensábamos que no la íbamos a utilizar más, hasta que descubrimos Impossible Project.
Los primeras fotos Impossible las hicimos en Atenas. Nos desesperamos. No sabíamos como utilizarlas, nos quedaban manchadas, a veces muy oscuras y a veces muy claras… Al segundo carrete, ya en Barcelona, empezamos a cogerle el punto. Ese juego con lo imprevisto se nos hizo necesario. Cuando una foto nos quedaba correcta nos llevábamos una decepción. Han mejorado los químicos de las películas, y cada vez nos vamos enganchando más. Hasta el punto que ya siempre llevamos una máquina Polaroid encima.
El resultado de todos estos meses de trabajo, más algunas incursiones en las primeras imágenes Polaroid de nuestra antigua cámara, es lo que vamos a poder ver en la exposición "Forgotten Dreams". Ahora, además de la 636 Close Up, utilizamos una Automatic 230 que nos dejó Francesc, una Polaroid Impulse que nos regaló Lolo y una Spectra System que compramos en el Rastro en Madrid.
Es lo bueno que tiene trabajar con Impossible. Cómo si se tratara de la cueva de Herzog, hay 300 millones de cámaras esperando ser redescubiertas.
Paco y Manolo, 2012